Padres y videojuegos

Me gustan los videojuegos. Quienes me conocen saben que no es ninguna novedad. Disfruto sentarme a ver en la televisión o la pantalla de la computadora un mundo virtual que puedo saborear. Colores, sonidos, detalles. Realmente lo disfruto. No me considero un jugador muy bueno, simplemente me gustan.

La industria es muy distinta a aquella que fue mi primera experiencia con el NES y Marios Bros. Los juegos son muy diferentes...así como quienes los juegan. Hace unos días fui a Liverpool a buscar el Bioshock para Xbox 360 (un juego elevado al nivel de culto) y cuando llegué al aparador un par de padres me preguntaron qué juego me parecia mejor entre los últimos PES y FIFA. Di mi opinión y comentaron sobre cuál podrían llevar a su hijo de 12 años, entonces llegó el encargado con Halo 3, Gears of War 2, Fable 2 y Far Cry 2. El papá de inmediato tomó el Halo 3 y me preguntó qué me parecia ese juego. Mis primeras palabras me harían sentir como un verdadero tonto: "Ese juego es para mayores de 18 años". El hombre me vio con una mirada de confusión y volteó a ver a su esposa sonriendo. La mujer sólo se encogió de brazos y el hombre me dijo: "Bueno, es que ahora todos los juegos son así". En mi mente surgieron las inmediatas réplicas y me di cuenta que en toda la sección del 360 y el PS3 había chavitos menores de 18 años. En demostración tenían el Condemned 2 y unos niños estaban tirando balas por todos lados. "Es un buen juego. Si tienen conexióna Internet dificilmente lograran que el niño se despegué de él" fue lo último que dije antes de retirarme decepcionado pues se les habían terminado las copias de Bioshock.

Mientras me retiraba observé a los niños dejados por sus padres revisando los juegos y haciendo comentarios como si fueran unos expertos. Cuando salía del centro comercial, en una tienda nacional de videojuegos lleno de infantes, miré a un grupo de niños peleandose mientras averiguaban como funciona el nuevo Dashboard del 360.

El señor le llevó a su hijo el Gears of War 2. Sentí tristeza al darme cuenta que los videojuegos no han dejado de se menospreciados por todos. "Son para niños".